~ Siena
Puedo sentir la nota arrugada en mi bolsillo trasero mientras corro por la habitación.
Por primera vez desde que desarrollé miedo a las tormentas, estar en una es menos aterrador que todo lo que sucede a mi alrededor.
Saco mi bolso de lona del armario, lo abro y miro mi habitación con cosas para llenarlo. Todo lo que veo me recuerda demasiado a Onyx. Cada vestido hecho a mano que ha elogiado con cariño. Cada chaqueta que me ha puesto sobre el hombro. Incluso mi cepillo me recuerda a él, cuando se sentó y me cepilló el pelo con ternura después de que Kayn me pegara.
Me voy para siempre y no quiero recuerdos de él persiguiéndome en el camino.
La puerta de mi dormitorio se abre justo cuando un trueno resuena en el cielo, tan cerca que el cristal del marco de la ventana vibra.
Alex asoma la cabeza, con su cabello rubio claro recogido en un moño desordenado.
—Hola. —Frunció el ceño—. Quería venir a ver cómo estabas.
Sin Onyx, hemos pasado mucho tiempo juntos. Me rompe el corazón ir