Levi:
Hoy habia una especie de gala en el palacio de Leon, vendrían personas importantes, Hayley y Anna han estado trabajando en un proyecto, Anna me contó sobre ese proyecto que está coordinando con Hayley, escucharla así de emocionada me emocionaba a mi, verla emocionada por algo tan sencillo me llenaba de alegría a mi. Anna a pesar de no haber culminado sus estudios, ella es una mujer muy inteligente además de constante, es algo que me gusta de ella.
Así que le di todo mi apoyo para que pudiera concretar su proyecto, no quise saber más nada porque quería sorprenderme, quería llevarme esa sorpresa y qué mejor que no saber nada.
Aun así me emocionaba la idea de que Anna esté comenzando un proyecto junto a mi hermana. Hayley ha hecho un trabajo con las mujeres en Alemania, con niños, mascotas, ancianos, etc. Ella ha hecho una importante labor, incluso ha ido a países de escasos recursos para ayudar a quienes más lo necesiten, eso a mi me hace sentir orgulloso de lo buena mujer que es.
Ella sabe lo que es pasar necesidades, no tener educación y quien mejor que ella que entiende todo eso para ayudarlos. Ahora que tiene a Anna, su proyecto podrá extenderse a más países.
Austria a pesar de ser un país rico en muchos aspectos, si tienen sus áreas vulnerables y yo como Rey de esa nación se que he fallado, porque desde que Cass y mis hijos murieron, yo me olvidé de todas mis obligaciones como el mayor mandatario de mi nación. Eso me hace sentir mal, porque ellos confían en mí, esperan más de mí, así que debo esforzarme por hacer lo que pueda para ayudar a las personas vulnerables en Austria. Es mi trabajo como Rey.
—Hola —Anna entró a la habitación en donde dormíamos—, ¿cómo estás?
—Bien —ella se acercó para darme un beso, yo le tomé la mano y la senté en mis piernas—, ¿cómo te fue con Hayley?
—Bien, quiero...
—No quiero saber, ya sabes que quiero que todo sea una sorpresa para mi, me quiero sorprender.
—Bien —sonrió un poco—, Hayley me dijo que vendrán personas importantes, eso me pone nerviosa.
—Estarás bien mi amor, has comenzado a tener más seguridad en ti misma, así que creo que eso no será un problema. Tu hazlo, confío en ti.
—Eso espero, quiero hacerlo bien.
Anna está luchando para ganarse un lugar en este ámbito de la realeza, así como lo hizo Hayley, se que quiere hacerlo para que sepan que ella es una buena chica, que es una mujer buena y dulce.
A mi me gusta, me gusta su dulzura y su fortaleza, yo contribui mucho en ello, en que muchos la odiaron sin conocerla, incluso las personas dentro del palacio la odiaron, hasta yo mismo la odie, eso me llevó a no darme cuenta de lo mal que la estaba pasando cuando se casó conmigo.
Era igual a ellos.
—Lo harás bien —acaricié su mejilla—, debes tener más confianza en ti misma.
—Gracias por confiar en mí —me sonrió—, no sabes lo mucho que significa para mi.
—Lo harás bien, confío en ello.
Ella me dio un beso en la mejilla. Yo suspire cuando sentí sus besos en mi cara, cada dia que pasaba, nuestra relación iba tomando mucha más seriedad, cuando teníamos la oportunidad, hablaba con ella sobre el perdón, puede que ella ya me haya perdonado, pero yo a diario le pedia perdon, porque aun dentro de mí había ese sentimiento de culpa, claro que aún me sentía culpable por haberla tratado mal desde un inicio.
De hecho, me sentí mal por haberla hecho mi amante, se que ella cedió porque sentía y siente cosas por mi, y yo me aproveche de ello. Agradezco mucho haber podido recapacitar y puede que me haya perdonado, pero aun así, sentí que debía hacerlo, cada día que pasaba, le pedía perdón, quería que supiera que de verdad estaba arrepentido y que estaba dispuesto a cuidarla.
Quiero tenerla a mi lado, quiero amarla, quiero que esté conmigo así como quiero estar con ella, así como quiero hacerlo con ella. Quiero serlo todo para ella, quiero serlo todo.
—Más tarde me traen el vestido —se bajó de mi regazo y camino hacia el peinador—, será lindo.
—¿Y cómo es?
—No te lo diré —me sonrió.
—¿Por qué?
—Quiero que sea una sorpresa.
Me puse de pie y camine hacia ella, la voltee y la sente en el mismo peinador, yo mire aquellos ojos oscuros que me volvian loco cada vez que los miraba, joder, ella es realmente hermosa.
—Quiero que te sorprendas con mi atuendo —ella soltó mi camisa lentamente—, te va a encantar.
—Algo me dice que sí —ella sonrió—, mi amor.
Me reí cuando la escuché, esta vez no sonaba tan forzada aquella palabra, poco a poco estaba soltando y me llamaba así de vez en cuando. Me encanta cuando ella se pone en eso, trata de tratarme con cariño, en serio disfruto mucho esos momentos.
Me acerque aun mas a ella y bese su cuello, la escuché jadear muy fuerte. Metí mis manos dentro de su vestido para sentir la calidez de su pierna, pero nuestro momento fue interrumpido por los toques de la puerta.
—Lo lamento —ella sonrió, estaba sonrojada—, dejaremos este momento para más tarde su majestad.
—Mierda —murmuré—, debo ir al baño —mire mi pantalón, luego a ella—, tengo una erección —le susurre.
Ella soltó una risa, yo me aparté de ella y la ayude a bajar del peinador, yo me metí en el baño mientras que ella fue a abrir la puerta, me quedé en silencio y sentía una molestia en mi pantalón, Anna me provoca demasiado, se ha vuelto una de mis más grandes debilidades.
Me asomé por la puerta del baño, ella hablaba con un hombre, él tenía un traje en la mano, supongo que es para mi. Debo controlar estos celos.
Pero no puedo evitarlo, de solo pensar que puede venir cualquier hombre a llevársela de mi lado, me causaba un poco de miedo y algo de rabia. Se que eso es malo, realmente malo porque los celos causan inseguridad pero cuando la veo, veo lo hermosa que es, temo que otros hombres se fijen y quieran llevarla.
Debo trabajar en ello.
(...)
Más tarde:
Caminaba de un lado a otro en el pasillo, quería entrar a ver a Anna, pero ella me pidió que esperara afuera, ya los invitados para el evento en el palacio habían llegado, todo estaba listo para ello.
El personal salió de la habitación, yo no pude resistir y entre, necesitaba ver a mi esposa.
Anna estaba viéndose al espejo. Yo la miro desde los pies hasta la cabeza. Ella me miró y sonrió. Estaba en shock al verle el vestido, era de color negro, con algunas joyas incrustadas en el, era de tirantes pero no mostraba nada de sus pechos, haciéndola ver, sumamente elegante.
Un collar pequeño posaba en su cuello con una pequeña joya de color rojo. Su cabello estaba recogido y en él, estaba la tiara con diamantes rojos. Ella era realmente hermosa, lucía como una princesa, no, una princesa no, lucía como toda una reina.
Una hermosa reina.
—Wao —susurro—, e-estas.. Estas hermosa mi amor.
No podía parar de mirar lo hermosa que estaba. Joder, soy un afortunado, me acerque a ella, extendí mi mano y puso la de ella sobre la mía, le hice una reverencia y deje un beso en su mano. Anna se sonrojo un poco ante mi acción.
No me resistí, rodee mi brazo en su cintura y estampe mis labios con los suyos, la besé con demasiada intensidad, ambos estábamos comenzando a perder la cordura.
—Levi —ella jadeaba—, debemos salir.
—Está bien —mire sus ojos.
Ella se colgó de mi brazo, luego salimos de la habitación, sentí como ella apretó ligeramente la tela de mi traje, yo la mire y le sonreí asegurándome de que ella estaría bien. Caminamos hacia la sala de fiesta del palacio, desde aquí, se podía escuchar la música y las personas hablar.
Cuando entramos algunas miradas se posaron en nosotros, por supuesto que los Duques, Zares entre otras personas de la realeza han querido conocer a Anna desde que se enteraron que me iba a casar después de tantos años como viudo.
Tanto Anna como yo, caminamos hacia Hayley y León para saludarlos.
—Anna, estás hermosa.
—Gracias Hayley —ella sonrió un poco—, tú también estás hermosa.
—¿Estas lista? —ella asintió—, Vamos entonces.
—Suerte —acaricie su mejilla y le di un corto beso.
Ella se fue junto a Hayley hacia la tarima que habían preparado, para ser una gala estábamos demasiado formales, pero era el código de Alemania.
—¿Y los niños?
—Con su niñera —respondió León, luego me mostro su teléfono, en él se veía a la niñera jugar con los niños—, después del anuncio de Hayley ire a verlos, no le gusta que estén presente en estos eventos en donde hay solamente adultos.
—Vaya, su método de crianza es increíble, los felicito.
—Gracias —sonrió y miró hacia Hayley—, Hayley y yo hacemos lo que podemos.
—Por cierto, ¿Y los gemelos? Desde que llegué nos lo hemos visto.
—Están en un campamento en Inglaterra, Hayley está tratando que vivan su niñez, su madre, sigue viajando junto con la mía —río—, se han vuelto amigas.
Hayley es una mujer increíble, si ella no hubiese rechazado la corona de Austria, estoy seguro de que ella hubiese sido una reina excelente. De eso estoy seguro.
—Buenas noches damas y caballeros, gracias a todos por venir a esta gala.
Todos los presentes aplaudieron con entusiasmo, vaya que admiran mucho a Hayley, León, sonreía de manera orgullosa.
—Hoy estoy aquí para hablarles de algo que me llena de esperanza y también de una gran responsabilidad. Como saben en Alemania y Austria, muchas mujeres viven una realidad difícil, especialmente aquellas de escasos recursos, que enfrentan embarazos no deseados en circunstancias que las superan. Estos embarazos no son solo un desafío físico, sino también un golpe emocional, psicológico y económico que marca sus vidas de formas que a menudo no podemos comprender. Pero quiero que sepan que hay esperanza para todas ellas —miro a Anna.
—Cada vez que una mujer recibe apoyo, —comenzó Anna—, ya sea en forma de educación, recursos médicos, o asistencia emocional, da un paso hacia un futuro mejor. Las mujeres de estas comunidades merecen poder tomar decisiones informadas, sin miedo, sin vergüenza, y sin la carga de la pobreza. Es nuestra responsabilidad brindarles las herramientas necesarias para que puedan enfrentar estos desafíos con dignidad y coraje. Juntos, podemos cambiar esta realidad. Podemos ofrecerles el apoyo que necesitan para que sus sueños, no solo los de sus hijos, sean posibles. A ellas, les digo que no están solas. Estamos aquí para ayudarles, para luchar con ellas. Y con cada paso que demos, construiremos un futuro donde cada mujer, sin importar su situación, pueda decidir sobre su vida, con libertad y justicia.
Anna hablaba con tanta seguridad que incluso me dio un enorme escalofrío, la manera en la que hablaba, se podía ver la enorme seguridad que emanaba de ella sobresalir, mi pecho se infló de orgullo, porque estaba dejando atrás aquella timidez, aquella pena.
Me siento orgulloso de ella.
Sabía que iba a trabajar con Hayley en esto. Mi hermana tiene demasiados proyectos en mente y quien mejor que Anna para que la ayude a ejecutarlos, yo quiero también formar parte de ello, de verdad que me enorgullece mucho que ella haya tomado la iniciativa de trabajar con Hayley.
Cuando su discurso y presentación terminaron todos aplaudieron, no es para menos, dicho discurso y presentación quedó espectacular. Con esto quedaba demostrado que Anna tiene la fortaleza para crear proyectos de su altura.
No puedo evitarlo, me siento realmente orgulloso de ella.
Desde mi lugar pude verla como los presentes la felicitaban.
—Te estás enamorando de ella —mire a León quien me sonreía con malicia—, solo falta que termines de darte cuenta de ello Levi.