POV Cecil
Los últimos días habían sido una maraña de emociones, y cada vez que la madre de Alex llamaba para decir que traería a Aria, yo sentía un alivio extraño, casi egoísta. Me alegraba verla, sí, pero también me tranquilizaba saber que, aunque fuera por unas horas, la niña podía escapar de la tensión que se había apoderado de esa casa.
La primera vez que Aria entró corriendo a mis brazos después de todo lo que había pasado, la sentí más liviana, más frágil. La cargué, la besé en la mejilla y me di cuenta de que su risita tenía un matiz más suave, como si algo la hubiese desgastado un poco. No del todo, pero lo suficiente para que yo lo notara.
Estaba inquieta, más apegada, como si necesitara sentirse segura. Se me aferraba a la camiseta con esos deditos diminutos, como si temiera que la soltara. Y eso me rompía el alma.
La noticia de que aquella mujer era su madre biológica había sido como un puñetazo al aire. A mí, a Alex, a todos. Nadie lo vio venir. Pero ahora, ella estaba ah