POV Alex
Cuando detuve el auto frente al edificio de mi empresa, sentí el nudo en mi pecho soltarse un poco, me sentí a salvo a pesar de que no sabía de qué huíamos.
Jessica estaba en el asiento trasero, con la cabeza ladeada contra la ventana, los ojos entrecerrados y la respiración irregular. Su cabello, pegado a la frente por el sudor, le caía desordenado sobre el rostro. Murmuraba palabras incoherentes, apenas audibles, como si hablara en sueños.
A mi lado, Cecil mantenía la mirada fija en ella, con el ceño fruncido. Sus labios entreabiertos quería decir algo, pero nada salía de sus labios.
— No puede ni mantenerse despierta… — dijo Valentino.
Valentino, estaba sentado al lado de Jessica. Su mirada oscura, seria, mirándola, como si estuviera examinando algo.
— Vamos a mi oficina — dije abriendo la puerta para bajar.
— Esto no va a funcionar — dijo seriamente — No está en condiciones de hablar contigo, Alex. Está muy drogada.
Lo sabía. Desde el momento en que la había visto