POV Mario
A medida que Leah descansaba sobre mi pecho, mi respiración se volvía más lenta, casi un reflejo del momento perfecto que estábamos compartiendo. Su cuerpo estaba tan cerca del mío, que todo parecía estar en su lugar, como si por fin hubiéramos encontrado nuestra armonía. El silencio entre nosotros era pesado, pero de la mejor forma, lleno de comprensión, de algo que no necesitaba más palabras para ser entendido.
Mi mano seguía recorriendo su espalda, acariciando su piel con la suavidad de quien quiere grabar ese instante en su memoria, quien sabe que lo que acaba de ocurrir es un punto de inflexión en nuestras vidas. Sentí su cuerpo relajarse, sus latidos sincronizados con los míos. Me quedé allí, observándola por unos segundos, sumido en la quietud de la habitación, apreciando la manera en que su rostro reflejaba la paz que ambos habíamos logrado.
Cuando, por fin, me atreví a hablar, mi voz salió suave, casi temerosa de romper la magia del momento.
— Te amo Leah
Esas pa