NARRADORA
Cedrick giró la cabeza a su cachorro que llevaba cargado.
Sus ojos azules brillantes lo miraban.
A veces olvidaba lo poderoso que era su pequeño.
— No sé, preguntemos al Druida, ¿sí? No quiero que te hagas daño – y caminaron hacia Dalila que atendía a su mate.
Por supuesto, de manera provisional, Aidan sí podía sellar la pared, incluso sin utilizar a Theo.
— Yo iré contigo para guiarte.
Dalila le dijo y así, partió un pequeño grupo hacia la isla del centro.
Raven los vio irse en la barca.
Se quedó a dirigir de este lado porque quedaban muchas cosas que organizar.
Su ceño fruncido, había algo que la inquietaba, no sabía si era lo de Vincent o qué, pero este pantano la ponía nerviosa por alguna razón.
*****
Cuando llegaron a la isla en el corazón del pantano, donde habían acabado con la vida de la Drakmor hembra, todo estaba hecho un desastre.
— Hakon, quédate aquí a cuidar de Dalila y el príncipe, te los encargo.
— Los protegeré con mi vida - prometió al Rey.
Cedrick y algun