HAKON
Tenía a la mujer de mi vida sobre mí, excitada, besándome apasionada y dispuesta a cometer las más oscuras locuras conmigo.
La primera de todas, era hacerle el amor y marcarla, en estas tierras peligrosas y nuevas.
La adrenalina corría por nuestras venas, llevando la lujuria a otro nivel.
El horno, entre sus labios vaginales abiertos, masajea de arriba abajo mi tiesa polla, dejando rastros de viscosa pasión, mientras Anastasia se menea sobre mi abdomen y dos de mis dedos penetran adentro y afuera de su dilatado culo.
Quiero tan malditamente montarla, que estoy enloqueciendo y al parecer, ella también.
Deja de asaltar mi boca, respirando agitados, con un hilo de saliva uniendo nuestros labios y mirándonos a los ojos de nuestros lobos.
— Mmm saca tus dedos, probemos con algo mejor – me dice y libero su apretada entrada.
La tomo de las caderas intentando incorporarme, pero me empuja de nuevo hacia atrás.
— Tks, tks, este es mi regalo para ti, lo haré todo, cariño.
Me guiña un ojo,