La princesa Azalea y sus secretos descubiertos.
—Y finalmente… la señorita Azalea, mi hija menor —anunció el rey Falcón, un tanto desconcertado al ver a su hija correr tras el resto del grupo familiar.
Azalea llegó jadeando suavemente, con las mejillas encendidas más por la vergüenza que por el esfuerzo. El dobladillo de su vestido azul medianoche ondeaba tras ella como la sombra de un secreto. Se mantuvo a una distancia prudente del resto de sus hermanas, procurando no llamar la atención, pero era inútil. Su presencia destacaba de forma involuntaria, como una luciérnaga entre piedras.
Desde su lugar junto al rey Arturo Alcalá, Roderick alzó una ceja intrigado al verla. La muchacha que había salido corriendo justo después de su dulce encuentro parecía ahora ocultarse detrás del batallón de princesas Benavides. Se inclinó hacia su hermano menor.
—Felipe… ¿tú también conoces a la doncella de vestido azul medianoche?
Felipe, con la naturalidad de quien no sospecha nada, asintió mientras se acomodaba la chaqueta.
—Claro, es l