Capítulo 33: Más sensible a él.
Raymond abrió la puerta de la habitación con un movimiento brusco del brazo.
CLANK~
Ayseli sintió el aire helado del pasillo perderse detrás de ella cuando el macho cerró con un portazo.
¡PUM!
Ese sonido resonó en la gran estancia, como un golpe metálico que sellaba su encierro.
La cargaba todavía en brazos, fuerte, con ese calor varonil que se filtraba hasta sus huesos. Pero en cuanto cruzaron la estancia, él no dudó en dejarla de pie.
La bajó de un tirón, como quien se libra de un peso que no quiere seguir sosteniendo.
Tap~
Los pies descalzos de la hembra tocaron el suelo frío.
Frente a ella, la mesa seguía servida. Bandejas de plata brillaban, el vapor de los guisos se había disipado casi por completo, y la comida estaba intacta.
No había señales de que alguien hubiera disfrutado nada. Solo platos relucientes, cubiertos ordenados y copas con agua cristalina.
Raymond entrecerró los ojos verdes, ese brillo en ellos se volvió peligroso.
—No has tocado nada —gruñó el mach