Capítulo 32: Un acto impulsivo.

¡¡Dos guardianes detuvieron enseguida a Ayseli!!… Eran lobos altos y fornidos.

—Regrese a la habitación, Luna —dijo uno con voz dura.

—Debe cenar —añadió el otro.

Ayseli sonrió fría.

—¡Por supuesto que cenaré!

Volvió al interior, caminó hasta el perchero. Ahí colgaba un abrigo grueso y oscuro de piel pesada y elegante. El aroma en él era fuerte. El abrigo del Rey Alfa.

Lo tomó con su mano. Se giró y corrió.

—¡Eh! ¡Detente! —gritó un guardián.

¡Los guardianes se abalanzaron hacia ella!

Uno intentó agarrarla del brazo, ella se agachó rápido, y se les escabulló.

El otro trató de bloquearla, pero Ayseli empujó con todas sus fuerzas y en un destello cambió de forma.

¡¡CRACK!!

¡Su cuerpo se transformó!

La loba blanca apareció. Tomó el abrigo en su hocico y salió corriendo. Sus patas golpeaban el suelo con un ritmo feroz.

¡TAK~ TAK~ TAK~!

Los guardianes rugieron detrás de ella. Corrieron. Pero esa loba era rápida, se perdió en los pasillos, dio un giro, y de pronto volvió a
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