Capítulo 27
Vicente estaba en su habitación, el lobo observaba con los ojos abiertos un hermoso espectáculo.
Una loba desnuda se deslizaba sobre él, intentando avivar su deseo con movimientos sensuales.
Era hermosa, sensual, su boca entreabierta lo invitaba a tomarla, Pero si virilidad no pensaba igual.
Nada.
Un gruñido de frustración escapó del Alfa, le dió un golpe a la cama, estaba furioso.
La empujó al suelo con brusquedad, La loba cayó asustada, el se llevó las manos a su cabeza, frotándose las sienes intentando concentrarse.
Desde ese día en el baño de la manada roja, buscaba esa misma sensación en su piel, pero no lo había logrado.
Fue entonces cuando lo recordo, abrió el cajón de su mesa de noche, sonrió ladino, hay estaba
Negra. Delicada. Pequeña.
La tanga que encontró en el suelo y que con solo su aroma le hizo olvidar sus problemas.
La tomó y la acercó a su rostro, la froto sobre el, el aroma lo golpeó como una droga, era enviciador.
Sus pupilas se dilataron, su piel se er