Mundo ficciónIniciar sesiónEl amanecer sobre Aerisport nunca había parecido tan cargado de posibilidad.
Kael estaba arrodillado en el templo, con sus manos presionadas contra las runas que habían pasado dos semanas perfeccionando. A su lado, Draven hacía lo mismo, con su respiración ya laboriosa y no habían siquiera comenzado.
El cristal de Elyra se elevaba entre ellos. Hermoso. Terrible. Inquebrantable.
Por ahora.
—¿Listo? —preguntó Draven, con su voz apenas un susurro.
Kael asintió, sin confiar en su propia voz.
Habían repasado el ritual cien veces. Conocían cada palabra, cada gesto, cada respiraci







