SIGUE NARRANDO DANKO
Me daba risa ver a Reinhart mirando a la prometida de su cuñado. Ella estaba parada ahí toda risueña como si no le hubiera acariciado la mejilla con esa sonora bofetada y con el descaro a flor de piel. James con cariño lo abrazó diciendo.
—Mi amor, acepta, igualmente va a ser nuestra cuñada.
Esta versión de Reinhart me agradaba más, el amor lo había cambiado mucho. Para nada se parece al que conocí cuando lo vi por primera vez. Estaba ensimismado en los recuerdos hasta que la voz del alemán se oyó alegre.
—Cuñada y lo de amiga, pues... todavía me duele la cachetada. Pobre de mi cuñado ¡tremenda joyita que se lleva!
Esa última frase nos hizo reír. Mientras tanto Alessa llamó aparte a Alexander y ambos se alejaron para conversar. No le di importancia alguna y continué ahí mirando más que todo a Dalila. Era tan feliz, supuse que fue mejor lo que le pasó, porque Franco la ha hecho disfrutar de la vida, quizá mejor que si se hubiese quedado conmigo. Con Él no debe comp