CAPITULO 126

Danko agarro en su caída a Nicolás, lo acuno en sus brazos, lo deposito encima del sofá, con mucho cuidado, optamos por dejarlos solos, subimos para conversar en la habitación de mi papá, pero al llegar arriba nos recibieron risas de niños, dos puertas estaban abiertas Alessandro y yo ingresamos a la de la derecha y allí estaban mis hermanitos, Serena camino hasta su camita para arreglársela y se acuesten a dormir.

Nos vieron y vinieron a abrazarnos a ambos, los agarramos, los cargamos unos momentos y los depositamos en su cama despidiéndonos con un gran beso en su mejilla, Serena les dio un último beso y se acurrucaron ambos para dormir, salimos todos y fuimos a la otra habitación, allí, en cambio, estaban los hijos de mi hermano Danko y del difunto Nicolay.

Ambos sentados en un sofá muy juntitos y tristes, los hijos de mis suegros los tenían abrazados y les decían

—No se vayan a su cuarto, duerman con nosotros

Los chiquillos no hablaban nada, pero abrazaban a sus amiguitos, el señor
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