LUCCA ANDREOTTI
Por fin habíamos enviado la propuesta y ahora solo quedaba esperar, lo cual era peor, pero al menos mi padre ya no tenía porque obligarme a permanecer todo el día junto a él, así que eso me permitía respirar.
Como ahora disponía de un poco más de tiempo libre, decidí salir con mi madre a comer a uno de los restaurantes que Alexa me había recomendado y ella no tuvo problema ya que a pesar de que ya no teníamos más que hacer, mi padre se las había arreglado para reunirse con un par de socios de otro negocio que le interesaba y ella se había quedado nuevamente sola en el hotel.
Una vez que llegamos al lugar, tomamos asiento en una de las mesas de la terraza y ordenamos un par de platillos que sonaban interesantes; mi madre se veía feliz y eso me alegraba inmensamente, no tuve mucho tiempo para salir con ella los últimos días y aunque sabía que lo entendía, no quería que se sintiera sola.
El restaurante es precioso – dijo con una sonrisa
Sí y la vista es grandiosa
Londres