Maylene se mantiene serena, tomando una pequeña bocanada de aire. Luego observa a su hija otra vez, y no funciona quedarse sólo callada en la espera de la respuesta de Carl. Continúa:
—Lo lamento por ti, Carl, y mucho. Esa mujer sólo te ilusionó haciéndose pasar por mí. Daría todo para que vieras co