Los compañeros y amigos decían
—¡Que envidia!
—Es guapote el rey, suertudas.
Las gemelas sonreían viendo a sus compañeros así
Alexander había llamado a Dominik para hablar con Él
—Papá, hola, ¡¿dónde estás?!
—Hijo ven, estoy arriba del castillo—dijo Alexander
Dominik subió y abrazo a su padre Alexander, que le devolvió el abrazo y se sentaron
—Hijo ya se acerca la Luna Roja y es cuando debes pedirles matrimonio a tus novias
—¡Sí, papá!, ya tengo todo listo, Laila, me ayudo ya, jeje—dijo Dominik
—Ah, o sea que ya tienes ¡todo adelantado!—comento Alexander
—Sí, papá las amo, ¡las amo mucho!—dijo el rey
—Me encanta verte así feliz sonriendo
—La estadía donde Adrién me llevo a tener la felicidad, papá, ¡gracias!—dijo Dominik
Laila le había dicho a su hermano que cite a su padre, a Adrién, a los padres de las gemelas en la Preparatoria y que hable con el director para que lo deje utilizar el patio para la gran ceremonia de petición de mano en la Luna Roja y que lo iba a hacer