LA LEALTAD TIENE SU RECOMPENSA
Dominik se quedó parado ahí mirándolos sonriendo, se le acercó una amiga de las gemelas

—Perdone majestad y ¡¿las gemelas?!

—Ah, mi hermana se las llevo para probarse el vestido de novia—dijo el Rey

—Ah, ¡con razón! No se fueron con usted—Lo dijo soltando una risita Mariana

—No sé por qué siguen con esa odiosa tradición, ¡yo quería verlas vestidas así!—dijo el Rey

—Majestad más que una tradición es cuestión de ¡superstición romántica!

—Sí, ¡es cierto!, ¿niña ya te vas a tu casa?—dijo el Rey

—Si majestad, tengo que ir a pie hasta allá—dijo Mariana, la mejor amiga de las gemelas

—Si quieres, ¡te dejo en tu casa! —dijo Dominik

—¡¿En verdad?! Me da vergüenza

—¡Nada de vergüenza!, dime donde es y te dejo—dijo el Rey

Mariana le dio la dirección, Dominik la visualizo, la abrazo y se hizo bruma escarlata, asomo en la pequeña salita de la casa, sus padres que estaban sentados ahí al ver esa inmensa bruma se asustaron y gritaron, cuando se dieron cuenta de que era el Rey.

—¡Su majest
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