52. ¿ÉL LA AFECTA?
LIZZY
Estaba nerviosa.
La noche era fresca, pero mi cuerpo sudaba como si llevara horas corriendo.
No sabía si esta habilidad era real, si había despertado realmente... o si simplemente había perdido la cordura.
Pero si era real, si todo lo que sentí y escuché era cierto, entonces Luis estaría aquí pronto.
Me escabullí por el pasillo como un susurro y crucé la cocina sin hacer ruido.
Terminé afuera, con la espalda apoyada contra un árbol que conocía desde mi infancia.
Tomé uno de los pocos vestidos oscuros que poseo para no llamar la atención y me dispuse a esperar.
Mi corazón martilleaba con fuerza, como si quisiera salir corriendo antes que yo.
Había ensayado palabras toda la tarde, pero ninguna se sentía correcta.
¿Cómo se saluda al hombre que amas, al que creías perdido, al que no deberías estar esperando... y sin embargo tu alma insiste en que sí?
De todas formas, nada habría funcionado, porque cuando lo vi saltar la barda, mi mente quedó absolutamente en blanco.
Oh Dios...
Cuánt