Nova
Clay seguía asimilando a regañadientes los regalos de disculpa de Hunter mientras me ayudaba a coger mis últimas cosas y llevarlas a mi auto nuevo. Me había cambiado de ropa y me había limpiado en el baño, pero su semen seguía deslizándose por la parte interior de mis muslos, empapando mis bragas y haciendo que mis leggings se pegaran.
Bajamos mis cosas después de una parada para comprar mi nuevo teléfono y encontramos mi Jeep. Era negro, lo cual no me gustaba, pero me llevaría adonde necesitaba ir. Eso era lo importante.
—Maldito Hunter —espetó Clay—. Te voy a conseguir otro vehículo.
—No necesito más regalos de disculpa—.
—Lo mío no es una disculpa.—
Clay me robó las llaves y se llevó mis cosas a su camioneta. Debió de estar sin llave, porque cuando abrió la caju