—Estoy molesta. —Me pasé la mano por la cabeza y me recosté en la silla—. De verdad que no tengo ni idea de qué hacer con él.
—¿Qué quieres de la conexión?—
—No estoy segura. —Miré por la ventana. Todavía no me sentía del todo cómoda en un vehículo, pero ya casi había superado el terror persistente—. Me hace sentir de maravilla. Nos divertimos juntos, y todo es más fácil cuando está cerca. Pero está tan convencido de que su lobo es un monstruo que evito sacar conversaciones difíciles, lo cual… no es lo ideal.
Cerré los ojos. «Supongo que en un mundo perfecto, querría que fuéramos honestos el uno con el otro para tener la oportunidad de que las cosas funcionaran. En este caso, no sé si alguna vez lo resolveremos. Podría pasarme meses intentando conquistarlo, y al final, podría seguir teniendo tanto miedo de su lobo que podría rechazarme».
—¿Pero quieres estar con él?—
—Supongo que sí.—
—¿Lo adivinas o lo sabes?—
Intenté imaginar mi vida sin Clay. Me imaginé cómo habrían sido las última