Nova
El día de luna llena, nos relajamos en la cama. Nuestros lobos estaban tranquilos y calmados después de pasar tantos días en el bosque.
—Nunca había sentido tanta paz—, murmuró Clay, sin dejar de acariciarme la espalda. —Mi lobo está durmiendo, Preciosa. Durmiendo—.
—Solo es un lobo —murmuré—. Un lobo bueno. Un lobo fuerte. —Flexioné los músculos con desgana, todavía tumbado en la cama con el brazo de Clay bajo la espalda.
Clay se rió entre dientes. —Claro.—
—Sí, lo es. Solo es un lobo fuerte y lleno de cicatrices.
—Me alegra que lo pienses. —Me besó en la frente—. ¿Seguro que quieres sellar el vínculo? Podemos esperar. Te daremos tiempo para asegurarte de que no vas a cambiar de opinión.
Me giré de lado y me apoyé en el pecho de Clay para poder mirarlo a los ojos. «No voy a cambiar de opinión, imbécil. Deja de pensar eso. No he conducido hasta aquí para obligarte a no echarme solo para cambiar de opinión sobre aparearme contigo. Estoy totalmente de acuerdo. ¿Quieres esperar un m