Mientras seguía tomando sol en el patio de la prisión, me preguntaba por qué no tenía familia que me visitara. Mis amigos seguramente no se habían enterado de en qué prisión estaba. Mi mejor amiga Amelie no podía regresar de inmediato de donde la había enviado, y los demás estarían desconcertados. Suspiré, esperando que Ilán fuera diferente; lo sentía muy dentro de mi pecho. ¿Quién sería el desgraciado que se había hecho pasar por él? Ilán no parecía conocer nada del plan de su madre.
Seguí pensando que sí, Ilán era diferente, así que solo tenía que esperar; él me sacaría de allí. Al menos, dentro podía seguir dedicándome a lo que siempre había amado: la confección de ropa.Otra cosa que me tenía pensativa era el cambio de trato de la Jefa