Al día siguiente, cuando me asee y me vesti, baje las escaleras, marchandome al jardín donde estaban, Alonso, Armando y Martino desayunando, sentandome en la silla que había al lado de Martino
— Buenos días — les dije antes de sentarme
— Buenos días preciosa, ¿cómo has pasado la noche? yo te he echado de menos en mi cama, esta noche dormiremos juntos ¿vale, mi amor? — me dijo Martino
— Vale como quieras — le dije
— ¿La señora desea una taza de café? — me pregunto Sofía cuando vino a traerles a los hombres tres copas y una botella de Whisky
— Si por favor Sofía, muchas gracias — le dije
— Entonces ¿ya está resuelto el problema de Claire? — preguntó Martino
— Si tranquilo, todo está resuelto, nadie la reconocerá tranquilo, ni los mismos carabinieri — le respondió riendo los hombres
Yo preferí callarme, aunque por una parte me daba lastima por ella y por ese bebe, pero ya estaba todo hecho, y darme a conocer no me convenía porque terminaría como Claire si Martino se enteraba de que yo er