El Grupo Haneul, una fortaleza tecnológica, rara vez tropezaba. Pero su incursión más reciente en el mercado de la "vida inteligente" había resultado en un fracaso estrepitoso. La nueva línea "Haneul Lifestyle", una serie de dispositivos IoT para el hogar, había sido diseñada con la eficiencia en mente, pero con una ceguera total hacia la estética y la experiencia del usuario. Los productos eran clunky, sus interfaces poco intuitivas y su campaña de marketing, que intentaba ser futurista, resultó ser alienante. La reacción pública fue brutal: memes virales burlándose de los diseños "robóticos", reseñas mordaces y una caída significativa en las acciones de la compañía.
Lee Jae-hyun, a pesar de haber consolidado su posición tras la purga de Chan-woo y el fin de su compromiso, estaba bajo una presión inmensa. La junta directiva, aunque aliviada por la estabilidad interna, exigía soluciones rápidas y efectivas para este nuevo desastre de relaciones públicas y pérdidas financieras. Pasaba