Tomo sus manos y rozo suavemente sus nudillos con mis labios —odetta no me digas que en realidad estás considerando ir allí.
—Sabes que no puedo decir que no.
Él suspira y le sonrío —por favor, quédate —me acerca para abrazarme —no quiero perderte. No sé si podré vivir conmigo mismo si te pasara algo.
—¿Lo escuchaste bien? Jura con su vida mantenernos a salvo.
—No puedo confiar en las palabras de un vampiro.
—Entonces confía en mis palabras —lo beso y me alejo —Te prometo Casper que estaré a salvo y no dejaré que nada me pase a mí ni a nuestro hijo.
—Voy a ir contigo.
—N