Le sonrío —Eres muy fuerte y admiro eso, pero necesitas dormir ahora mismo, te ves como una mierda en este momento —ambos nos reímos.
—Muchas gracias. Es Natalie, necesito que me ayudes —comienza a llorar —No sé qué le pasa a mi niña.
—Haré todo lo que pueda —lo prometo —tienes protección las 24 horas, los 7 días de la semana y si necesitas algo, puedes acudir a nosotros personalmente. Siempre estamos disponibles —le informo y empiezo a salir de la habitación.
—Espera —exclama inmediatamente.
— ¿Hay algún problema? —Ella no dice nada. Ella rechaza mi ayuda desde la cama. Se acerca a una bolsa de transporte y saca una caja pequeña.
Me lo