Pasamos tres minutos completos de caminata hasta que finalmente bajamos las escaleras y, como ayer por la noche, la gente está en la gran sala de espera esperando a que papá permita la cena y observándonos mientras bajamos el último tramo de escaleras.
Dejo que mi mirada recorra la multitud esta vez y hago contacto visual con hermosos ojos verdes que me miran fijamente. Javier es el único niño en la multitud, pero huelo el miedo que irradia de él y luce una gran sonrisa y un esmoquin negro.
Le devuelvo la sonrisa y lo saludo. Le devuelve el saludo con entusiasmo, pero rápidamente es bloqueado por un Casper Alfa que no está emocionado. Quiero decir, ¿cuál es el problema de este tipo? ¿Alguna vez sonríe? ¿y que tiene contra mi?
Un ceño fruncido rápidamente se abre paso a mi rostro y eso parece poner la más pequeña y arrogante sonrisa en su rostro. Pongo los ojos en blanco, tentada a sacar la lengua y luego me dirijo al comedor general.
…
—Pssstttttt, Ody —escucho a alguien susurrar y me