El campo de batalla de Silver Fang era un lugar de caos y violencia. Lobos se enfrentaban en una lucha brutal, aullidos de dolor y rabia resonaban en el aire, mientras la sangre manchaba la nieve blanca. Ulrich estaba en medio de todo eso, su cuerpo cubierto de sudor y sangre, pero sabía que esto no era real. Era solo otro sueño, una repetición tortuosa de su pasado y de sus miedos más profundos. Sacudió la cabeza, exasperado.
"Otra vez no," murmuró, su voz llena de frustración.
Entre la carnicería, una figura comenzó a destacar, caminando lentamente a través de la batalla. Era una mujer de cabello largo y castaño que caía en rizos sobre los hombros, vestida con un vestido de cuero marrón. La Peeira Gaia. Ella siempre aparecía en sus sueños, trayendo consigo un sentido de inevitabilidad y desgracia.
"Hola, Ulrich," dijo Gaia, su sonrisa maliciosa no encajando con el horror que los rodeaba.
Ulrich la miró con irritación. "¿Qué quieres?"
Gaia mantuvo la sonrisa, su mirada penetrante.
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