"LO SIENTO, PERO NO PUEDO PERDONARTE LO QUE ME HICISTE. NO ME PUEDO CASAR CONTIGO".
Aquellas palabras parecían simples, pero no lo eran, al menos no para Rex. Y el acento calmado de Nathan no ayudaba en nada.
Antes de que Meli siquiera colgar la llamada, Rex ya estaba corriendo hacia la puerta, ha