Rex y Meli se miraron, porque sabían que Sophi no iba a quedarse callada.
—Nena... escucha —murmuró él abrazándola—. Tómate unas horas para pensar en esto, para calmarte. Y mañana temprano... bueno mañana temprano hablas con tu padre. ¿De acuerdo?
Ella asintió y Meli se despidió de ellos para ir a