Mundo ficciónIniciar sesiónEl dolor había comenzado como una punzada sorda en el costado izquierdo, apenas perceptible mientras Mariana preparaba el desayuno en la pequeña cocina de la cabaña. Al principio lo había ignorado, atribuyéndolo al colchón desconocido o a la tensión acumulada de los últimos días. Pero cuando se dobló para recoger una servilleta que había caído al suelo, la sensación se intensificó hasta convertirse en algo que le cortó la respiración.
—¿Mariana? —La voz de Khaled llegó desde el salón, donde revisaba algunos documentos en su laptop—. ¿Está todo bien?
Ella se incorporó lentamente, una mano presionada contra su costado mientras la otra se movía instintivamente hacia su vientre. El pánico comenzó a filtrarse por sus venas como hielo líquido cuando sintió algo húm







