Mundo ficciónIniciar sesiónLa decisión había llegado como un rayo de luz atravesando nubes de tormenta. Después de días de tensión constante, de miradas furtivas de los empleados del palacio y del peso asfixiante de la atención mediática, Khaled había pronunciado las palabras que Mariana no se había atrevido a esperar.
—Nos vamos —había anunciado durante el desayuno, su voz firme pero cargada de una determinación que ella no había escuchado en semanas—. Dos semanas. Solo nosotros.
La villa en la costa mediterránea era propiedad privada de la familia real, un refugio secreto que rara vez aparecía en los mapas oficiales y nunca en las páginas de las revistas de sociedad. Khaled había explicado que era el lugar donde su padre solía llevar a la familia cuando el peso de la corona se volvía insoportable, donde las tradiciones se relajaban lo suficiente como p







