Mundo ficciónIniciar sesiónTres días después de la carta del Rey Rasheed, la comitiva diplomática de Durania llegó al palacio con la pompa que solo la realeza podía permitirse: veinte personas entre asesores, guardias de seguridad, traductores que probablemente no necesitaban, y sirvientes personales que existían más para impresionar que por necesidad práctica.
Y al centro de todo ese despliegue estaba él.
Príncipe Tariq bin Rasheed Al-Durrani descendió del vehículo oficial con la gracia de alguien que había sido entrenado desde la infancia para hacer que cada movimiento pareciera significativo. Treinta y dos años, según el briefing que Farid había preparado. Soltero, lo cual era inusual para príncipe heredero de su edad. Educado en Oxford y Sorbona. Pol&i







