Mundo ficciónIniciar sesiónLa sala del Consejo reformado olía diferente. Mariana lo notó en el momento en que entró, sosteniéndose del brazo de Khaled. Ya no era el aroma sofocante de incienso y poder absoluto que recordaba de aquella audiencia nocturna donde Rashid reveló su embarazo. Ahora había ventanas abiertas, aire fresco circulando, luz natural iluminando los rostros de los nuevos consejeros.
Sheikh Yusuf ocupaba el asiento central, su bastón apoyado contra la mesa. A su derecha e izquierda, rostros que Mariana apenas reconocía: académicos más jóvenes, un par de mujeres con hijab elegante, un comerciante respetado del mercado. El Consejo se había transformado después de los juicios, depurado de la corrupción que Rashid y Faisal habían cultivado durante años.







