-Gustav, necesito tu ayuda, ya sabes, me debes un favor y es hora de cobrártelo, dijo María recordándole a Gustav que en algún momento ella cubrió su espalda para que Landon no se diera cuenta de que le había traicionado, de esta manera, María sabía que Gustav haría lo que ella pidiera.
-Dime María en que puedo ayudarte.
-Es algo rápido, necesito imágenes de Marian revolcándose con Landon y con cualquier otro hombre que se te venga a la mente, no me importa si eres tú o quien sea, las necesito para mañana a primera hora, me lo debes y con esto quedamos en paz.
-¿Para qué quieres eso María, no nos meterá en problemas?
-No te preocupes que el mismo Landon va a quedar agradecido con los dos, de eso ten seguridad.
-Bien, pasa mañana a eso de las ocho de la mañana y tendré las fotos que me pides.
-Perfecto, tú debes de tener algunas imágenes de la jefa y bueno, sabes que hacer.
La noche pasó sin más, Marian se vistió con un traje ejecutivo con sus tacones altos y estaba lista para un largo día de trabajo.
Mientras que Armando llevaba a Marian a la empresa, María había llamado un taxi para que la llevara a la oficina en donde trabajaba Gustav, ella recogería las fotografías que le entregaría a su nuevo jefe.
Gustav le entregó un sobre, con algunas fotografías en donde se podía ver a Marian teniendo relaciones sexuales con algunos hombres, en el sofá, en una cama y hasta en el piso de algún lugar, Gustav había hecho exactamente lo que María le había pedido, era un trabajo muy elaborado, Omar no tendría dudas y comenzaría a confiar en ella.
Con una sonrisa malévola, María salió hacia su trabajo.
-Buenos días Naty, ¿El señor Vitale está en su oficina?
-Sí, pero me ha pedido que nadie lo moleste señora Marian, cuando esté desocupado, de inmediato le indicaré.
-Claro, estaré en mi oficina, te dejaré estos documentos y se los entregas por favor, dijo Marian volviendo a su oficina.
-Naty, el señor Vitale está en la oficina, necesito entregarle este sobre, dijo María.
-Sí, la está esperando, me dijo que en cuanto llegara pasara a su oficina.
Mientras que María entraba sonriente a la oficina de Omar, Marian veía todo aquello y no entendía lo que sucedía, saldrían de viaje al día siguiente, así que ella no tenía tiempo de investigar lo que fuera que estuviese pasando con María y si jefe.
Marian se centró en su trabajo, mientras que Omar y María hablaban en la oficina.
-Señor Omar, aquí están las fotos, solamente le suplico que estas imágenes no salgan de acá, yo a la señora Marian la quiero mucho y no me gustaría que la imagen de ella esté por todos lados, dijo María intentando ser una buena persona.
-No te preocupes, solamente quiero ver quién es la persona que tengo en mi empresa.
María le entregó el sobre, intentando ver cuál sería la reacción que tendría Omar cuando viera las fotos, sin embargo, él solo le pidió que lo dejara solo en su oficina.
Omar un poco nervioso abrió el sobre, ahí se podía ver la chica desnuda, había fotografías en varias posiciones, el montaje que hizo Gustav era bastante bueno, casi imperceptible.
La mujer de las fotografías, era igual a Marian, en muy pocas se podía ver el rostro de la chica, pero era seguro que era la misma mujer en cada una de las fotografías que Omar tenía en su poder, había al menos treinta hombres diferentes con los que la mujer había estado, en diferentes habitaciones.
Omar estaba bastante molesto de cómo Marian lo había engañado, era imposible que habiendo estado casada durante años la mujer iba a ser virgen, solo él se lo había creído y ella se había burlado de él en su propia cara.
-Me la vas a pagar Marian, te lo juro, me has visto la cara y te daré lo que te gusta, dijo el hombre para sí mismo.
-Naty, dile a Marian que venga a mi oficina, dijo Omar. Mientras que guardaba el sobre en la caja fuerte.
-Buenos días señor Vitale, quería verme.
-Sí Marian, necesito ver los documentos con los presupuestos que te pedí, eso es importante y necesitamos revisarlos antes de irnos de viaje mañana.
-Se los he dejado a Naty, iré por ellos de inmediato, dijo Marian levantándose de la silla e intentando salir de la oficina de su jefe, sin embargo en ese momento, él la tomó de la mano, la atrajo hacía él y le plantó un beso en su boca, mordió fuertemente su labio inferior y la soltó para que saliera.
-¿Señor Vitale, que fue eso? Preguntó ella algo confundida.
-Solo quería un beso Marian, disculpa.
Marian no comprendía lo que sucedía, Omar siempre había sido gentil con ella y ahora le había roto su labio, una gota de sangre se hizo visible.
-Por cierto, Naty tiene tu boleto, no podrán ir por ti, así que debes de llegar al aeropuerto, ahí te estaré esperando, iremos en vuelo comercial, no en el jet de la empresa como te lo había mencionado, trata de ser puntual.
-Sí señor, no hay problema, de hecho cuando viajaba con mi padre, siempre lo hacíamos en vuelo comercial, no se preocupe, estaré puntual, dijo la chica inocentemente, sin imaginar que Omar decía lo del vuelo comercial pensando que le incomodaría a ella.
Marian limpio la gota de sangre de su boca y salió de la oficina, Naty le entregó los documentos y ella volvió con su jefe.
-Bien, esto tiene que quedar listo antes de que nos marchemos, sabes, me hace ilusión volver a viajar, hace tanto que no lo hago.
-Que bueno, aunque ya sabes que es un vuelo de negocios, no de placer, dijo Omar en un tono bastante serio.
-Sí lo sé, pero igual, nunca he estado en Sur América, me pone nerviosa y algo feliz, dijo Marian siendo sincera.
-Que bien, ahora pongámonos a trabajar, al final es lo más importante de todo esto.
-Sí señor, yo he hecho mi trabajo, solo queda que lo revisemos y que usted dé el visto bueno.
Omar revisó el documento que Marian había hecho y lo impresionó el resultado la chica había hecho el trabajo excelente, era buena en lo que hacía.
-Naty, dile a María que nos traiga dos café por favor, dijo Omar por el interlocutor.
-María entró poco después con una charola y dos tazas de café, de manera coqueta le dio la taza a Omar, no sin antes rosarle la mano con la suya, María se había puesto un vestido rojo bastante provocativo, Omar la observaba como si fuera a comérsela con la mirada.
Mientras que María le coqueteaba descaradamente.
-Tome señora, su café, dijo María poniendo la taza sobre el escritorio sin quitarle la vista a Omar.
-Con permiso señor, dijo María caminando de manera sexi hacia la puerta.
-¿Señor Omar, estamos ya con esto? Preguntó Marian, pero Omar fingió no escucharle mientras miraba a María.
-¿Señor Omar, que si está todo listo ya? Volvió a preguntar Marian.
-Ah sí, sí, disculpa, no te escuché.