PROBLEMAS QUE NO SE OLVIDAN (II)
El amigo de Landon se acercó con la copa aún en la mano, sus ojos azules como el hielo se quedaron en los de Aria y ella sintió como si pudiera desnudarla con una simple sonrisa. Y sí, había algo en él… algo oscuro, magnético, como si el peligro se vistiera de hombre y se paseara tranquilo entre luces de neón.
—¿No bailas? —preguntó con voz grave, más una afirmación que una invitación.
Aria lo miró de reojo, tomando su bebida con aparente calma, pero con el corazón acelerado.
—No con desconocidos.
Él sonrió ladeado, como si justo eso le divirtiera.
—Entonces bailemos mientras me conoces.
Extendió la mano, esperando y Aria lo miró un par de segundos, su mente dividida entre decir que no… o lanzarse sin pensar demasiado. Sentía mariposas en el estómago, aunque intentara ignorarlas, pero sabía que ese tipo de hombre traía problemas —los del tipo delicioso y adictivo— y sin embargo…
No quería parecer una niña asustada, tampoco aburrida y además… amaba bail