LA LLAMADA TENTACIÓN.
LA LLAMADA TENTACIÓN.
El ascensor se detuvo y las puertas se abrieron revelando un pasillo amplio, iluminado por luces tenues que se reflejaban en el mármol negro del suelo. Zane salió, tirando de Aria por la mano, quien caminaba tras él con los ojos brillantes de curiosidad.
—¿Vives aquí? —preguntó ella, recorriendo el lugar con la mirada.
—Sí, bueno… cuando no estoy en Moscú —respondió él sin soltarle la mano, guiándola hacia la puerta al final del pasillo.
Aria alzó las cejas, una sonrisa juguetona asomando en sus labios.
—O sea… ¿eres ruso?
Zane se detuvo, le acunó el rostro y sonrió.
—Mi padre, mi madre, mi familia —murmuró, acercándose hasta que su aliento cálido rozó sus labios.
El beso fue instantáneo y Aria rodeó su cuello con los brazos, sintiendo cómo sus músculos se tensaban bajo su tacto. Zane ya no tuvo paciencia; su boca fue exigente, dominante, como si ya hubiera decidido que ella era suya.
Una de sus manos bajó hasta sus nalgas, apretando con firmeza mientras la atraí