C175-LLAMALO.
C175-LLAMALO.
Las puertas de la mansión se abrieron y Eros entró como una tormenta. Su rostro era una máscara de furia, y sus ojos parecían dos carbones encendidos listos para prenderle fuego a todo.
Cassio y Kieran lo seguían de cerca, pero no se atrevía a hablar. Sabían que cualquier palabra podía ser un detonante.
Los tres guardaespaldas que estaban asignados a Lucy ya lo esperaban en el vestíbulo, con los rostros pálidos y las manos sudorosas. Eros no frenó el paso, pero si, se detuvo frente a ellos como un depredador oliendo sangre. Su mirada se clavó en el primero, un hombre joven, que ni siquiera llegaba a los treinta.
—Dime qué pasó —ordenó.
El hombre tragó saliva. Dio un paso al frente, torpe, sin levantar la mirada.
—Señor… lo siento…
Eso fue todo.
Eros sacó la pistola y le disparó directo a la cabeza. El cuerpo cayó sin siquiera poder gritar, un chorro de sangre manchó la alfombra, salpicando los zapatos de uno de sus compañeros.
Cassio ni parpadeó. Kieran solo apretó la ma