C106- PASOS SILENCIOSOS.

Y así, pasaron los días. Lentos para algunos, pesados, como una tortura silenciosa para unos… y como una dulce cuenta regresiva para otros. Finalmente, llegó el tan anunciado día de la boda. Y en la mansión, todo era movimiento y lujo. Arreglos florales importados, cubiertos de plata, alfombras rojas que cruzaban los pasillos. Un ejército de empleados iba y venía preparando hasta el último detalle, mientras en el piso superior reinaba un silencio casi sagrado.

Allí, sentada frente a un enorme espejo de marco dorado, estaba Malena. Vestía una bata blanca de satén, bordada con sus iniciales; la tela resbalaba por su piel como si se hubiese hecho para ella. Tenía una copa de champán en la mano y la mirada clavada en su reflejo, mientras dos estilistas trabajaban en su peinado y un maquillador perfilaba su rostro con precisión quirúrgica.

Parecía una reina esperando su corona.

—Más iluminador —ordenó sin mirar al maquillador.

—Sí, señorita —respondió el hombre con