Cabaña privada en la costa de Antalya – Noche de la boda
Kaan había preparado la cabaña él mismo, alejada de la villa principal, al borde de un acantilado donde el mar rompía con fuerza contra las rocas y el viento traía olor a sal y a libertad. Era un lugar pequeño, de madera oscura y piedra, con una sola habitación grande, una cama king size frente a la ventana abierta y el ruido constante del agua como único testigo. Había despedido a todos: guardias, Flores, familia. Esta noche era solo para ellos, o eso había dicho, y nadie se atrevió a discutirle.
Emma entró primero, el vestido blanco sencillo todavía puesto, el pelo suelto cayéndole por la espalda como una cascada negra. La luna iluminaba la habitación lo justo para ver la cara de Kaan: la camisa negra desabrochada, los ojos oscuros fijos en ella como si fuera la única cosa que existía en el mundo. Cerró la puerta detrás de él con un golpe seco y el silencio cayó pesado, roto solo por el rumor del mar y sus respiraciones.
Emma