Capítulo 12 — El refugio del lobo.
POV Kaan Demir.
El convoy negro entró por la puerta principal sin reducir la velocidad, los faros iluminando por un segundo los muros altos y las torretas que nunca duermen. Bajé del coche con la ropa llena de polvo y sangre seca, el fusil colgado al hombro como un peso muerto. La fortaleza era un cráter humeante, los túneles volados, los cuerpos quemados. Habíamos hecho nuestro trabajo. Pero Volkov no estaba allí. El hijo de puta había desaparecido en una lancha rápida antes de que llegáramos, dejando a sus hombres morir por él. Cobarde hasta el final. Me debía tres cargamentos, dos hermanos muertos y ahora la humillación de volver con las manos vacías delante de los Donovan. Quería su cabeza. Quería romperle el cuello con mis propias manos y luego quemarlo vivo.
Entré en la sala de mando sin llamar. El aire estaba cargado de rabia y café frío. Ángela caminaba de un lado a otro como un animal enjaulado, los ojos inyectados en sangre, la cara pálida de no dormir. Bruno estaba sentado