Al terminar la comida, Emiliano pagó la cuenta y le ofreció una copa en el bar de la playa.
–No gracias, iré a mi habitación a prepararme para regresar.
–¿Quieres volver conmigo?, traje auto.
–Le agradezco, pero el taxi que me trajo vendrá a buscarme.
–Sigues huyendo de mí.
–En absoluto, solo no quiero pasar con usted más tiempo del necesario, ya compartimos una comida fuera de la casa y créame eso ya es bastante para lo que me había propuesto.
–¿Tanto me odias?
–Se equivoca señor Riva, si lo odiara tendría algún sentimiento por usted y eso es algo que no me permitiré. Continuemos nuestras vidas sin molestarnos y así el año pasará rápido.
Elizabeth emprendió camino, alejándose de él, quien quedó con una extraña sensación al repetir en su mente lo que ella, tan categóricamente dijo: “…si lo odiara tendría algún sentimiento por usted y eso es algo que no me permitiré…”
***
Emiliano fue a su habi