Rebecca Nesson.
El primer paciente de la mañana llegaba a la clínica, una mujer hermosa, rubia, se podía ver que realmente tenía dinero, tenía una presencia imponente, llegó y no saludó a Raquel, se sentó en el sofá de la sala de espera a esperar ser llamada.
-Señorita, puede pasar, dijo Raquel dirigiéndose a ella.
La mujer se levantó y no miró tan siquiera a Raquel, entró al consultorio de Emma bastante prepotente, la miró de arriba debajo de manera despectiva.
-Buenos días señorita Nesson, soy Emma Wrigth, la atenderé el día de hoy, dijo Emma con una alegría de volver a su trabajo.
-sí, como quiera, dijo la mujer de manera bastante seca.
-¿Qué la trae por acá señorita, cual es el procedimiento por el que ha venido?
-A ver, dígame usted que es la doctora en odontología, o pretende que haga su trabajo señorita.
-Claro que no, que pena, acuéstese y abra su boca, vamos a revisar.
La mujer no cerró los ojos como habitualmente hacen los pacientes, está se quedó mirando a Emma fijamente, mientras esta int