Noah Connor y su humor.
Por supuesto que el diario no había traído nada bueno a Noah, quien estaba con un humor bastante malo ese día.
-Señor, disculpe que lo interrumpa, dijo Oscar a su jefe, pero es que hay un pequeño problema en la clínica del centro, necesitamos a una nueva odontóloga, la señorita Stuart no da abasto a la gran cantidad de pacientes.
-Resuélvelo Oscar, para eso te pago una gran cantidad de dinero, no comprendo por qué vienes a darme ese tipo de problemas, para eso te pago, gritó Noah a su asistente personal.
Averigua donde se está quedando este tipo, dijo mostrándole la página del diario a Oscar.
Oscar salió de la oficina de Noah comprendiendo el enojo de du jefe, aunque él se había buscado todo lo que le estaba sucediendo, por no haber dejado a la señorita Moarrison, a él le daba compasión verlo así de desesperado como estaba por saber que había perdido a la única mujer que lo había hecho realmente feliz como lo era Emma Wrigth.
Dos horas más tarde, Oscar entraba a la oficina de su jefe