— Si te vas por mi causa, yo… no te quiero molestar… solo…
— No te creas tan importante, si me voy, es porque me da la gana, este sitio nunca fue mi casa realmente, quítate del camino.
Carlotta intentaba hablar duro a pesar del temblor en todo su cuerpo.
Las palabras de Fabio, repitiéndose en su mente. La había herido y mucho.
Hizo por avanzar, pasarle por al lado, pero Fabio se impuso, como una enorme presencia, que bloqueaba la puerta, acercándose más a ella cuando intentaba escabullirse.
— Lotta fue mi culpa, todo fue mi culpa, no sé cómo pedirte perdón por todo lo que hice y más, por lo que te dije. No merezco tu perdón, pero por favor no te marches… si no quieres verme… me iré, pero… al menos a Stefano, dale una oportunidad…
Fabio le habló en un susurro por encima de su cabeza, pocas veces había estado tan desesperado en su vida.
Lo que deseaba era retenerla, obligarla a quedarse, ser de nuevo un animal dominante y esa no era la manera de hacer las cosas, no con la mujer que de