Le habló sin filtros y a pesar de su estatura más baja, no le tuvo miedo, enfrentando su mirada rabiosa y asombrada, de frente.
Le soltó la mano, devolviéndole las heridas de los arañazos.
— ¡Vulgar, eres una vulgar asquerosa!
— Al parecer, a tu Duque le excitan las vulgares queridita, deberías aprender de mí, no te imaginas lo rápido que se la paro.
Carlotta comenzó a reírse de ella y a caminar hacia la salida.
Valentina no sabía cómo responder a esa charla tan de suburbios y baja categoría.
Se quedó repitiendo como estúpida los mismos insultos.
— ¡Aaahh! ¡Maldit4, maldit4! – arrojaba los libros de la sala de lectura y volteaba los muebles.
Esta se las pagaría, ¡cómo fuera se las pagaría!
*****
Carlotta vagó un rato por el jardín, la verdad era que no se sentía tan confiada y relajada como proyectaba.
Le había importado todo lo sucedido, mucho más de lo necesario.
¿Stefano continuaría enamorado de Valentina?
¿Será que la seguía utilizando para darle celos?
— Él no es tu