Una vez vestida, me marché de la casa cruzandome en el camino con Adrian, parando su coche a mi lado, bajando el, para acercarse a mi— ¿Te marchas? — me pregunto— No y ahora no tengo tiempo de dar explicaciones Adrian, tengo prisa — le dije sin dejar de andar— Sube al coche, te llevo a donde vayas — me dijoSubimos los dos al coche arrancando el para ir al hospital donde estaba mi padre y Marta, una vez que entramos los dos al hall, eche a correr hacia Marta que estaba sentada en una silla, abrazandonos las dos, estando Adrian a nuestro lado— Vaya, vaya, la desaparecida ha vuelto — escuche la voz de Carlos—- ¿Que le has hecho a mi padre cabrón? — grite, acercandome a el, pegando en su pecho con mis puños— Nada, solamente estabas avisada, pero no te preocupes que de esta saldrá el viejo, al menos que no vuelvas conmigo — me dijo Carlos— Dejala en paz, ella no te pertenece — le dijo Adrian cogiendo a Carlos de la camisa—- Has roto tu palabra Carlos, de no hacerle nada a mi padre
La limusina paró en la misma pista fijándome en cómo la pequeña Silvia estaba al final de las escaleras del jet de Adrian, sonriendo y saludándome con su mano mientras me gritaba Mami. Subí corriendo las escaleras, cogiéndola en brazos entrando las dos dentro para sentarnos ya que estabamos a punto de despegar— ¿A dónde vamos?¿Ya me lo puedes decir? – pregunte a Adrian— Ya lo veras cuando aterricemos, no seas impaciente — me respondióEl avión aterrizó y al bajar los tres, Silvia se fue corriendo hacia donde había un todoterreno aparcado, esperando el chofer al lado con la puerta abierta, subiendo la pequeña muy alegre.— ¿Nos vamos? estarás cansada, — me dijo Adrian, poniendo su mano en mi espaldaNada más aparcar el coche y abrir la puerta el chofer, mi pequeña bajó corriendo entrando en la casa que teníamos enfrente, sin dejar de sonreír poniendo sus manitas en su boca de lo sorprendida que estaba al ver aquella casa tan grande y justo al lado había una playa de arenas blancas y
Esa noche, Adrian me hizo suya dos veces más a la fuerza, quedando sin fuerzas sintiendo solamente unas grandes nauseas ya que no fui suya de una manera tranquila si no que parecía que ya no nos íbamos a ver nunca más, doliendo todo mi cuerpo cuando terminó todo. Al día siguiente cuando me desperté lo pude ver con un codo apoyado a la almohada mirandome mientras me sonreia—- ¿Por qué lo de anoche? ¿por qué te compras así conmigo? dejame ir puedes tener a la mujer que desees — le dije— Te deseo solo a ti y tu me perteneces, pague mucho dinero por tenerte conmigo y en mi cama así que ahora no tengo porque responder a tus preguntas — me dijo—- Si tanto me odias ¿que pasara con el bebe cuando nazca? se que tienes mucho dinero, pero yo soy empresaria y también puedo luchar contra ti por mi hijo — le dije, escuchando sus carcajadas— ¿TU? no eres nada sin mi, ese bebe se quedara conmigo y tu volveras con tu mafioso esposo, es lo que te mereces ser la puta de un narcotraficante, aprende u
Ya estabamos la pequeña y yo cansadas, cuando decidimos volver a la casa. Al entrar Adrian estaba sentado en la terraza con un vaso de Whisky en su mano y la botella encima de la mesa que había enfrente de él. — Papi ¿porque te has ido? nos lo hemos pasado muy bien mi mami y yo en la playa — le dijo su hija— Me alegro peque, Elizabeth bañala y luego ven aquí – me dijo Adrian— Vamos pitufa, acompañame a tu dormitorio para bañarte — le dije cogiendonos las dos de la manoDespués de bañar a la pequeña, peinarla y vestirla nos fuimos hacia el salón quedando ella sentada en el sofá viendo sus dibujos preferidos mientras yo me acercaba a la terraza donde estaba Adrian bebiendo su whisky— Quiero ducharme, ¿para que le necesitas? — pregunte—- Siéntate encima de mi mirandome a la cara —- me dijo— Adrian la niña está en el salon y no lo voy a hacer — le respondí—- ¿Desde cuándo te da vergüenza que te vean desnuda? por eso ese tipo se habra acercado a ti, seguro que te ha visto las tetas
No podía creerme lo que le estaba escuchando decir a Adrian de nuestro bebe, pero tampoco estaba dispuesta a que una mujer que odiaba a los niños y un hombre que no sabía defender a su propia hija de los malos tratos de su prometida criara a mi hijo. Me acerque a la puerta del dormitorio para marcharme cogiéndome la pequeña Silvia mi cuello con sus brazos para que la cogiera Nos fuimos las dos hacia el dormitorio de la pequeña, busque ropa que ponerme para poder salir al salón ya que mi niña quería seguir viendo sus dibujos. A la hora de comer, me fui a la cocina para ver que había ya que Silvia y yo teníamos hambre, estaba mirando en el frigorífico cuando sentí la presencia de Adrian detrás de mí cerrando la puerta del frigorífico—- Nos vamos Gloria y yo a comer fuera, cuando vuelva te quiero ver a solas tenemos que hablar tu y yo — me dijo—- No tenemos nada de que hablar, mañana me marcho con tu hija, regresaremos a la ciudad, espero que lo paseis muy bien esa puta y tu, pero a m
Tres amigas, Loreta, Gina y yo, Elizabet, estamos sentadas en un muro al lado del puerto de Málaga, disfrutando de nuestros días de vacaciones, ya que habíamos terminado la universidad licenciandonos en Empresariales con las mejoras notas de la clase, hablando del viaje que nos gustaría hacer a Cancún o al Caribe, ya que éramos tres muchachas de buena posición social, aunque mis amigas tenían a sus padres yo solamente tenía a mi padre, ya que mi madre nos dejó solos cuando nací. Las tres somos casi como hermanas, de edad tenemos veintidos años, aunque la unica que se diferencia es Loreta, ella es rubia, con unos preciosos ojos azules, mientras Loreta y yo somos morenas y el color de nuestros ojos es de color miel, Como ya he comentado, estabamos las tres amigas sentadas en un muro del puerto de Marbella, cuando nos dimos cuenta de que habia unos chicos que no dejaban de mirarnos y hablarse entre susurros, sin que nosotras le dieramos mucha importancia, ya que lo uunico que queriamos e
A la pequeña Silvia, al final le pedimos un helado de chocolate,mientras Adrian y yo hablamos de la pequeña, cuando de pronto Silvia fue a darme un abrazo, manchando mi camisa blanca con su refresco, pidiendo Adrian al camarero un poco de soda, para limpiarme, pero no me acordaba de que la camisa se iba a transparentar, dejando mis sujetador de encaje a la vista cuando ya intente limpiarme, mirandome Adrian de tal manera mi pecho, que me sentía tan avergonzada, hasta que se dio cuenta y apartó su mirada a mis ojos— Yo lo siento, venga hija vamonos, Elizabet tendrá cosas que hacer ¿te llevo a casa? con esa transparencia no creo que quieras ir en el metro — me dijo— No tranquilo, tengo mi coche aquí al lado, de todas maneras gracias por preocuparte por mí — respondí— No quiero papi, quiero irme con mi mami — le dijo la pequeña, cogiendola su padre en brazos apartando sus piernas con la mano para que no volviese a dar diana donde antes.le dio. Adrian me acompaño hasta donde tenia mi
Después de comer, ayude a Marta a recoger la cocina ya que era como una madre para mi, me marché a mi dormitorio tumbandome en la cama con mi movil en mi mano, dándome cuenta de que Adrian me había mandado dos mensajes, Empece a sonreir mientras los leía, Uno de ellos me decía de quedar al dia siguiente para ir a la playa, ya que a su pequeña le gustaba mucho el mar y como él estaba de vacaciones quería aprovechar para llevarla, Enseguida le respondí a su mensaje, diciéndole que estaria encantada de acompañarlos a los dos, respondiendo él a los pocos segundo, dándome las señales de donde nos veríamos. Sobre las seis, escuche como tocaban el timbre de mi casa, me fui de mi dormitorio, viendo entrar en mi casa mis amigas, Loreta y Gina, abrazandonos las tres mientras saltábamos— Niñas, tranquilas, no vayáis a despertar al señor — nos riñó Marta, marchando las tres al jardín donde estaba la piscina— Cuéntanos, ¿qué tal te fue con el macizorro y su hija? – me pregunto Gina— Todo bien,