66. Depredador.
POV Xavier.
La mâldita de Roxana creyó que podía escapar de mí. Pobrecita… realmente no entendió que yo soy como un dios: omnipresente, omnipotente y despiadado. Tengo poder absoluto y jamás suelto lo que considero mío.
Sí, tuve que gastar algo de dinero para dar con ella y con el imbécil que se atrevió a ayudarla… pero cada centavo valió la pena.
El juego de la cacería me excitâ: sentir el olor del miedo, seguir huellas invisibles, imaginar sus ojos mirando hacia atrás con pánico. Pero la captura… oh, la captura es mi momento favorito.
Verlos emocionados, abrazándose, convencidos de que todo terminó… creyendo que han logrado burlarse de mí.
Escuchar sus risas, esas malditas carcajadas como si el mundo les perteneciera.
¡Qué ingenuos!
No saben que esa felicidad es apenas un espejismo, un último aliento antes de que mi furia y mi odio se lo arranquen.
"¡Ja, ja, ja! Amor… ¡qué estúpidos!"
Los dejé creer que se habían salido con la suya. Que habían burlado al mayor depre