A pesar de acostarse tarde por estar hablando con Esperanza, ya que ella no se podía dormir, Deseo se despertó pronto y preparó el desayuno para ella y sus padres y llevárselo a la cama. Quería tener un detalle con ellos, por haberle acogido sin conocerle. Había dormido en la habitación de invitados, pero quería levantar a la mujer con una riquísima comida.
Preparó café del de siempre, al que le puso un toque de canela y dibujo un corazón con crema de leche. También preparó tostadas con forma de corazón con tomate y aceite y una ensalada de fruta fresca. En la bandeja, puso una rosa roja y otra blanca y una ramita de acebo.
Primero, llevó el desayuno a los padres llegando justo en el momento que se iban a levantar.
—No os levantéis, aquí tenéis el desayuno, gracias por acogerme en vuestra casa sin conocerme. Sois unas personas estupendas y maravillosas —dijo el hombre.
—Gracias a ti por todas las atenciones que tienes con nosotros y sobre todo por respet